Bañuelos...y otros pueblos de agua
La cuenca del río Cega es un lujo en todos sus tramos y, además de hermosos parajes , proporciona sorpresas inesperadas... Así ocurre con el despoblado medieval de Bañuelos, llamado en la Edad Media Bannuelos, es decir "lugar de baños". ¿Habías oído hablar de él?
No es agua precisamente lo que sobra en la provincia de segovia y, sin embargo, es curioso que un buen número de poblaciones y de despoblados llevan el "agua" impresa en su nombre o en su apellido.
Numerosas poblaciones de la provincia de Segovia llevan efectivamente una marca de agua que les vincula al río, arroyo o corriente, al lado del cual un día se asentaron. Son numerosos los ejemplos, como Hontanares de Eresma, Juarros de Río Moros o Juarros de Voltoya, Cabañas de Polendos, Lastras del Pozo, Carrascal del Río o Arevalillo de Cega, por citar algunos. El río era el elemento que configuraba realmente su identidad y que además ayudaba a su localización, como lo era en otros casos un accidente geográfico, un paraje o un elemento de la naturaleza que los distinguía del resto.

Sin embargo, los pueblos con referencia al agua en su nombre, no en su apellido, no son tan frecuentes en tierras secas, como las segovianas, y por ello la toponimia mayor nos sorprende con nombres de ciertas poblaciones, muchas de ellas hoy desaparecidas, donde este líquido elemento es el protagonista de su identidad.
- Las hay con referencia a zonas encharcadas, como la desaparecida Botalhorno o como las actuales Revenga o Lama.
- También contábamos en el pasado con las que llevaban los pozos impresos en su denominación y así ocurría con Cospedrazo y los dos Pociagües, el grande y el chico, con los que contó nuestra geografía muy cerca de Cuéllar.
- Más peculiar es aún la referencia termal en nuestra tierra, y sin embargo, al menos tres localidades, ya desaparecidas, la llevaban impresa en sus nombres. Caldas, Caldillas y Bañuelos. De ellas, nos quedamos con esta última, como homenaje a todas aquellas poblaciones tan refrescantes que tienen, a pesar de la sequía, cierto sabor a agua dulce.
Bañuelos es un diminutivo, el del latino balneae, o baños públicos, entendiendo que, en el pasado, un baño público, además de ser un establecimiento comunitario de baños, podía referirse a manantiales termales o medicinales o a corrientes permanentes. La presencia del río Cega no deja duda, en este caso, de porqué la localidad, aun despoblada, suena a agua.

De Bañuelos se conservan escasos restos de su templo románico, San Esteban, que sirve ahora de muro en una vivienda privada, y lo demás... hay que visitarlo en Arevalillo de Cega, donde su iglesia parroquial, San Mamés, guarda la campana y la talla de la Virgen de las Candelas que hace mucho, mucho tiempo, se veneraba en en ya despoblado lugar.
ℹ️ Dicen en Arevalillo que la campana de San Esteban fue hallada cuando se araban las tierras de labranza del entorno y salió a la superficie arrastrada por un tractor.
Bañuelos fue uno de la amplia lista de pueblos de agua que hubo, y en algún caso aún persisten, en la provincia de Segovia. Te sorprenderá que, entre poblados y despoblados, se cuenten casi sesenta localidades que llevan en su nombre o en su apellido el rumor de este preciado elemento. ¿Has oído hablar de alguno de ellos? Pues aquí los tienes, si sientes curiosidad. Este es su listado.
🧑🦯No te pierdas una excursión por el río Cega en cualquier época del año. Esta que te propongo ahora pasa por el lugar que ocupó Bañuelos. No tienes más que acompañar al río desde el puente que encontrarás pasada la localidad de Pajares de Pedraza. Sigue por la ribera y aprovecha el siguiente puente para cruzar. desce allí encontrarás una carretera que te llevará a Arevalillo de Cega, donde podrás contemplar los famosos troncos fósiles, y que te permitirá volver de regreso a tu aparcamiento. También puedes optar por otras interesantes rutas en la naturaleza por la zona como las que te propone Segovia Sur.