La belleza de lo sencillo

La toponimia de los muertos

La toponimia nunca fue caprichosa; la geología, la geografía, la historia, la religión o el deseo de pervivir en el tiempo hicieron de ciertos topónimos un juego de detectives que siempre invita a conocer más su historia. Nuestra provincia guarda topónimos curiosos y, de ellos, algunos, con claras referencias a la muerte.

¿Has pasado alguna vez por San Miguel de Neguera? ¿Conoces Sebúlcor? ¿Te suena la ermita del Santo Cristo del Corporario?

Seguro que al menos has oído el nombre de estas localidades de la provincia, algunas ya despobladas, pero es posible que te preguntes qué tienen que ver con el mundo de los muertos. Es muy sencillo; si volvemos nuestra mirada a su origen, a la etimología de su nombre, ahí encontrarás el secreto. Cinco poblaciones, cuatro de ellas ya desaparecidas, van a responderte a continuación.

San Miguel de Neguera o Neguera fue una población tan antigua que ya había registros de ella en el siglo XI, momento en que comenzó su trayectoria que acabó en los albores del siglo XX.  Lo que queda de esta población de tierras sepulvedanas aun puede verse  en la carretera que une Sebúlcor con Sepúlveda y Villaseca, en una pronunciada curva. En ella, una enorme casa, actualmente apuntalada, la de Francisco Cosío, te llamará sin duda la atención. En el término de San Miguel de Neguera apareció una necrópolis visigoda y este hecho fue posiblemente lo que dio el nombre a la localidad, pues "neguera" no es sino una derivación del latín necaria, es decir necrópolis.

San Miguel de Neguera pudo llegar a tener dos poblaciones dependientes más pequeñas, pero que conservaron en su apellido el carácter de la primera. Esta misma palabra, "neguera", la encontraremos así en lo que se conoció como el Barrio de Neguera, posiblemente también llamada San Nicolás de Neguera, según algunos autores, a pocos metros de distancia. El Barrio aún conserva un lienzo de su antigua iglesia, dedicada a San Nicolás y se encuentra justamente entre las carreteras que van a Sepúlveda y a Villaseca.

Muy cerca la desaparecida Sant Jhoan de Negueruela o Nogueruelas, es otra de las poblaciones surgidas en la ribera del río San Juan con este peculiar distintivo mortuorio. Igualmente antigua, pareció desaparecer a finales del siglo XVI, posiblemente a consecuencia de la peste que asoló la zona. Y aún hay otra, Hontanares de Neguera, también próxima, en el límite con Aldeonsancho.


Sancta María del Corporal o Corporario llegó a ser una aldea de cierta importancia que surgió en tierras de Fresno de Cantespino allá por el siglo XII o XIII y acabó su ciclo en el XVI. Al igual que en San Miguel de Neguera, un cementerio visigodo de enorme importancia fue descubierto en sus inmediaciones, y, es que "corporario" significa cementerio o campo de los muertos. Del tesoro visigodo de su necrópolis apenas queda nada... en España pero su memoria la guarda una ermita románica muy retocada que, con la advocación de santo Cristo del Corporario atrae a los habitantes de las tierras de Fresno.


La hoz desde el Monasterio de santa María de los Ángeles
La hoz desde el Monasterio de santa María de los Ángeles

Hasta aquí, todas estas poblaciones han cumplido ya su ciclo vital y, en el mejor de los casos, son recuerdo, pero hay una, Sebúlcor, que aún sigue aquí, y esperamos que por mucho tiempo. Esta localidad data también de la época de la repoblación y tiene a gala ser una de las puertas de entrada al cañón del Duratón: Sebúlcor está  al lado del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón y desde allí puedes llagar hasta el magnífico cortado del monasterio de la Hoz.

En Sebúlcor ¡Como no! otra necrópolis visigoda fue también descubierta sobre restos aún más antiguos y es que este nombre se refiere a "sepulcro", y con este nombre figuró en el siglo XIII en documentación encontrada en la catedral de Segovia.

Parece así que las tierras de Sepúlveda reunieron la mayoría de las poblaciones con ecos de muerte de la provincia.


No sólo contamos con toponimia mayor; topónimos menores como Sepulcro, cerca de Perosillo o El Seburco, cerca de Castroserna de Abajo, completarían esta foto imperfecta y posiblemente incompleta. ¿Se te ocurre alguno más?


Te propongo ahora una ruta por los despoblados de los muertos. Se encuentran en la hoz que el río San Juan forma poco antes de desembocar en el Duratón; una excursión relajada donde la belleza del paisaje te sorprenderá.

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