Un picozo singular
Así se denominan en la zona de Sepúlveda a las crestas que tienen algunas formaciones geológicas, peculiares, por tener una fuerte inclinación y que la erosión ha trabajado convirtiéndolas en formas verticales, de estratos fácilmente visibles. En la lejanía, pudieran parecerse a torres medievales ruinosas y abandonadas.
Uno de ellos, quizás el más notable en la zona, es el denominado picozo o picacho de San Julián. Esta formación, situada en la margen izquierda del Duratón, a unos tres kilómetros de la villa de Sepúlveda, siguiendo la senda marcada entre los puentes de Talcano y Villaseca será nuestra referencia para encontrar la escarpada senda o botadera que nos conducirá desde el valle al páramo donde se asienta la ermita en ruinas de San Julián, uno de los miradores naturales del cañón del Duratón..