La belleza de lo sencillo

Lo que cuenta Santa Marina

Posiblemente es uno de los templos menos conocidos de la provincia pero el original programa hagiográfico de Santa Marina, de Sacramenia, bien vale la pena un desplazamiento con recompensa incluida.

La iglesia de Santa Marina, cercana a la plaza mayor de la población, Sacramenia, está, como tantas otras, en un pequeño promontorio, buscando siempre el infinito; curiosamente su ábside reposa en la parte más alta del mismo y, sin embargo, su entrada  a poniente es accesible desde la propia calle que conduce hasta ella, como si pretendiera dar la bienvenida al viajero cansado. Desde allí se atisba el otro de los templos, aún en uso, de la localidad, San Martín. No te pierdas los recorridos virtuales que ofrece el Ayuntamiento de Sacramenia, a los que podrás acceder desde los enlaces.

Pero volvamos a Santa Marina, un templo que, por su originalidad y por la resiliencia de sus pinturas murales, nos ha resultado sumamente atractivo. Su fábrica es de origen románico, del que aún se percibe su ábside, la nave central y el presbiterio, actualmente con un añadido que pudo ser en su día una dependencia auxiliar. Hasta aquí, todo en la más estricta normalidad, pero... a finales del XX se hizo una intervención en el templo y, detrás del altar, como en otras tantas otras iglesias, se descubrieron un conjunto de pinturas tardogóticas sobre cinco vanos absidiales, parte de las cuales habían quedado ocultas tras el retablo barroco. Sin duda un conjunto reseñable.

Ondas, cintas, círculos y lirios sobre fondo negro parecen cubrir por completo el espacio absidial dando al conjunto un aire bizantino, de horror vacui, y enmarcados por dos franjas horizontales, de las que la superior nos informa de la fecha de realización del mural (1436) y la  inferior nos deja sumidos en la eterna duda de su significación. Si te atrae el tema no dejes de consultar un contundente estudio sobre el templo que te facilito aquí. El caso es que el conjunto, un pequeño repertorio de santidad y de exempla, nos ofrece cuatro relatos diferenciados que, por si no los conoces, procedo a contar.

  • La parte superior de la bóveda, como no podía ser de otra manera, entra en el terreno de la hipótesis, pero de la hipótesis más plausible. Podemos imaginar por otros templos que representaría al Tetramorfos, Cristo en majestad, con los símbolos de sus cuatro evangelistas de cabecera, de los que dos, en la parte derecha, son aún visibles. Desgraciadamente un gran borrón rosa palo es todo lo que ha sobrevivido de este motivo pictórico central, que produce a la vista una extraña sensación.
  • La parte central del mural corresponde a la historia de Santa Marina y corresponde a la fotografía que he elegido para comenzar esta sección ¿Que quién era esta santa? Pues verás, hay que remontarse a los heróicos tiempos de los mártires cristianos en época del Imperio romano. Marina (o Margarita de Antioquía) fue uno de ellos. Su historia, o más bien su leyenda, que puedes consultar en el enlace anterior, me recuerda mucho a Quo Vadis, pero con dragón en vez de uro y con final trágico en lugar del vivieron felices y comieron perdices. A fin de cuentas la santa, celebrada cada 20 de julio y patrona de los nacimientos (Si lees la historia puedes intuir la razón...), fue un mártir cristiana: torturada (quemada, azotada...), devorada por un dragón y finalmente decapitada por orden de un prefecto romano que no la pudo conseguir ni por las buenas ni por las malas!!!! En el mural podrás fácilmente identificar los momentos claves de la historia: el encuentro primero entre Marina y el prefecto,  la persecución a la santa, su flagelación, el momento en que el dragón que la había devorado la expele vivita y coleando   y el instante en que el prefecto despechado ordena su decapitación.
  • A la derecha del ábside aparece una hermosa representación de la Anunciación. En ella, el arcángel San Gabriel, cubierto por un manto rojo profusamente decorado, porta una cinta, llamada filacteria, que en teoría habría llevado escrito en su día el mensaje que desveló a la Virgen según la Biblia; ella, una ingenua figura también vestida de rojo y tocada de un manto blanco, junta las manos en señal de respeto, al lado de una jarrón de azucenas, símbolo de su pureza.
  • La parte izquierda del ábside está enteramente dedicada a uno de los milagros de San Nicolás, sí, Santa, el de los regalos. En este caso el truculento relato describe como un hombre descuartiza a un joven clérigo, uno de los tres que acabaron asesinados por dicho energúmeno (un posadero, según las crónicas) y cómo San Nicolás les devuelve a la vida . En otras versiones se trataba de tres niños pero, realmente los tres de Santa Marina, por su aspecto y tonsura, no parecen ocultar su actividad.

El conjunto nos trasmite la sensación de ingenuidad, por su ausencia de perspectiva y su estilo casi infantil, pero, por otro lado nos sorprende por su tamaño y la elección tan peculiar del color. 

En fin, ahí lo tienes. Ahora solo queda comprobar que lo que te he contado tiene su razón de ser... Aprovecha tu visita a Sacramenia para visitar Santa Marina. Si no está abierta, cualquier vecino te informará como poder visitarla. 

🔎 No te conformes con esa visita y el corderito asado que tanta fama ha dado a este pueblecito segoviano. Ve a San Martín, donde te sorprenderá una espectacular pila bautismal, que antes adornaba la nave de Santa Marina; visita el cercano Coto de San Bernardo y su magnífico monasterio de Santa María la Real, en parte vendido a EEUU, como te cuento en otra sección, y no dejes de subir a lo más alto del pueblo, donde una vez se asentaba esta localidad en el Medievo, para visitar las ruinas consolidadas de la iglesia románica de San Miguel que, además de notorias, te ofrecerán una panorámica sin precedentes del valle donde se asienta la población. Ya ves cómo es Sacramenia: un día entero de descubrimientos en materia patrimonial, una naturaleza acogedora y una gastronomía de calidad. 

🏞️ Y, por si aún tienes ganas de más, no te vayas sin visitar la iglesia de San Andrés, en el cercano Pecharromán (Valtiendas), San Vicente de Pospozuelo, en las afueras de Fuentesoto o el próximo embalse de las Vencías, al que podrás llegar caminando desde la hermosa villa de Fuentidueña en un agradable recorrido por su peculiar naturaleza. A disfrutar!

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